En esta casa, declarada no habitable, moraron un hombre y una mujer en cuartos separados. Se conocieron una tarde en la que a ambos se les ocurrió tocar la misma canción de Silvio Rodríguez en sus caseteras. La música traspasó las paredes y los dos salieron de sus habitaciones a presentarse, a conversar. Poco después se casaron, quisieron tener hijos y después se separaron.
En esta casa, declarada no habitable, moró un joven escritor que una vez publicó un artículo interesante en uno de los principales periódicos del país. Compartí con él conversaciones y una novela. Un día, el joven quiso despojarse de la vida lanzándose al vacío desde un quinto piso. La última vez que lo vi lo acompañaba un bastón.
En esta casa, declarada no habitable, habita todavía el espectro vivo de esas memorias.
©Beasturí
2 comments:
Wow, qué historias... y no es mentira que las casas se impregnan de las cosas que sus habitantes han vivido. Tiene cierta vibra delatora. Esta se ve muy triste.
Está en un barrio que se ha hecho bastante chic y, a pesar de las condiciones en que se encuentra, esa casa cuesta más de medio millón de $$. Estoy seguro que algún joven ricachón la va a comprar pronto y la va a dejar como el distiguido albergue que fue alguna vez. Por eso quise capturarla en estas condiciones: derrotada, cabizbaja, melancólica, terrible.
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